miércoles, 28 de marzo de 2012

Dentista

Nuevo diente frontal "mejora" mi sonrisa, jajaja...

Sí amigos, luego de cuatro años y medio en Japón, mi mala dentadura comenzó a jugarme malas pasadas. Comenzó por un dolor en una muela de la mandíbula inferior que cuando me fijé en el espejo más de la mitad de la corona había desaparecido.

Como no me dolía tanto que digamos comencé a comer con el otro lado de la boca esperando una intervención divina que con el tiempo se me pasara todo, jajaja... ¡Qué iluso! A veces somos tontos por miedo, y yo siempre le he tenido pánico a los dentistas.

Llegó el momento que no hubiese querido que llegase nunca, el momento en que comenzó a dolerme de verdad hasta niveles insoportables ni con calmantes. Hasta el momento solo había acudido en par ocasiones a clínicas médicas pero nunca a este tipo por lo que no sabía como eran sus sistemas.

Una amiga me concertó una cita con un dentista del que tenía referencias pero no tenía disponibilidad hasta pasados diez días, de todas formas aseguré la cita pues en la cínica se hablaba inglés, pero mi organismo no pudo aguantar tanto, al día siguiente estaba buscando otras posibilidades con similares comodidades. Así terminé llamando a una clínica y concertando una cita para ese mismo día en la tarde.

Esto entraba en conflicto con mi horario de trabajo pero no me importaba pues la salud está primero. Fui a trabajar por una hora y luego me fui a la clínica. No tan cerca de la empresa pero mucho más que desde casa y en cierta forma me hace camino.

Cuando llegué pues todo muy limpio, muy organizado y el trato del doctor fue de primera. La clínica está en un edificio pequeño de solo tres plantas donde la primera es una tienda de conveniencia. Por dentro es también pequeña (solo 3 sillones) aunque con todo equipamiento posible y más, jajaja...

Entendió mis preocupaciones así como yo comprendí sus propuestas y no cambió de humor cuando el comenté de mis pesadeces en los sillones estomatológicos. Gracias a que fue muy jocoso y divertido tal vez haya pasado mejor el mal momento. Nada más sentarme en el sillón fue mi primer cosa extraña: me pusieron unos sujetadores y espejos en la boca y un ayudante comenzó a sacar fotos del estado de mi dentadura para futuras comparaciones. Acto seguido rayos X de ambas mandíbulas. Con su análisis el doctor me explicó el tratamiento que llevaba y me anestesió.

Justo ahí vi otra cosa curiosa: la forma de anestesiar, nada que ver con las agujas tradicionales en Cuba, esto lo hizo con la ayuda de un dispositivo eléctrico que según me explicó es mucho más cómodo porque no tiene que hacer presión alguna para que la anestesia llegue profunda, así como yo no sentí absolutamente nada mientras me anestesiaba.

Ese día me hizo el tratamiento de canal y selló la muela temporalmente hasta la próxima consulta. Ya yo estaba advertido que suelen tomarse varias consultas para resolver definitivamente cualquier problema. Por eso no estuve del todo convencido cuando me propuso hacer otros trabajos sobre otras piezas también afectadas. De lo que sí estuve de acuerdo desde el inicio fue en comenzar un tratamiento para las encías.

Ya sin dolor regresé a la empresa para seguir trabajando hasta tarde para recuperar las horas perdidas.

Yo siempre he sido muy cuidadoso con mis dientes pero la naturaleza no me dotó de ese bien y por mucho que me lavo la boca 4 veces al día, siempre se me quedan regiones sucias. Por eso en cada visita lo primero que hacen es una buena limpieza y educación de cómo cepillarte dándote para ello cepillos dentales.

Dos, tres, cuatro, ... consultas hasta que selló definitivamente esa muela y puso una corona metálica por encima para prevenir futuras fracturas dado la ausencia de nervios en ella. Antes volvió a sacar rayos X de esa muela y par de moldes para su reconstrucción.

Luego comenzó extrayendo un empaste viejo de otra muela y en el mismo momento lo volvió a sellar porque no estaba tan mal que digamos. Ese mismo día comenzó a tratarme el diente partido que presentaba una fractura pero antes me anestesió (esta vez con aguja normal) la parte frontal para poder hacerme una limpieza bien a fondo en la región que precisamente es donde más difícil es el acceso por la disposición de los dientes.

Dos, tres, cuatro consultas más y todo resuelto, diente nuevo con color magnífico, muelas conservadas y encías mejorando día a día gracias a las limpiezas y a la nueva forma de cepillarme que me han enseñado. He tenido otra sesión de fotos aunque siguen sin enseñarme para comparar.

Seguro que se están preguntando si ha sido muy caro, pero para consuelo, creo que no lo ha sido sobre todo porque nada ha sido estético sino de urgencia y el seguro médico nacional ha cubierto la gran mayoría de los gastos. Según he hablado con los colegas del trabajo en cualquiera de sus países me hubiese costado cinco veces más.

Estoy muy satisfecho con el trato tanto del doctor como el de sus ayudantes, de todo lo que me han enseñado y hecho para mejorarme. Al punto que hasta me siento feliz de ir a cada consulta, cosa que ni remotamente pensé nunca poder pensar, jajaja...