miércoles, 31 de octubre de 2012

Despedida 4/3: Contenido extra


Amigos,

Como saben este blog cerró definitivamente con tres entradas de despedida pero no quería hacerlo sin cumplir lo que les prometí en la entrada cero de despedida.

En estos momentos nos encontramos de camino al inicio de nuestra futura vida. Justo luego de regresar del viaje a Beijing revisé el resultado del Programa de Diversidad de Visas de Inmigrante del gobierno de Estados Unidos y la noticia no podía ser mejor: fui seleccionado como uno de los ganadores. Fue impactante porque lo veíamos como una posibilidad muy remota pero como posibilidad al fin y al cabo había que intentarlo. Ya nosotros habíamos aplicado otros años pero siempre con resultado negativo.

Nuestros planes de emigrar hacia otros países cambiaron en cuestión de minutos. Así que leímos bien los documentos a completar para el siguiente paso y esa misma semana los enviamos. Fuimos haciendo pública la noticia poco a poco sobre todo luego de llamar y comprobar que efectivamente todo estaba bien y no había sido producto de la imaginación, jajaja...

De Mayo acá evidentemente cambiaron muchas cosas: solicitamos en el consulado de Cuba en Tokio los documentos necesarios para la entrevista, hicimos el chequeo médico requerido, fuimos llamados a la entrevista en la embajada de Estados Unidos en Tokio, se nos concedió la visa, así que ambos terminamos nuestros contratos de trabajo en nuestras respectivas empresas, cancelamos el alquiler de la casa regalando o echando a la basura los muebles y equipos de casa, etc.

Compramos pasajes y dejamos Japón justo hace minutos (esta entrada estaba calendariada para que saliera publicada justo cuando estemos en el aire). Estaremos un tiempito en Cuba visitando a nuestra familia luego de varios años (casi seis en mi caso y dos en el caso de Ladys) pues no sabemos luego de que comencemos nuestra nueva vida, cuando podremos volver a viajar.

Así, amigos, esto ha sido todo en este blog y de mis vivencias en Japón. No sé si haré algo parecido desde Estados Unidos, aunque a priori lo dudo, quisiera concentrarme en otras cosas. De todas formas el omnipresente Facebook les hará saber de mí.

Gracias a todos...


martes, 30 de octubre de 2012

Despedida 3/3: Lo indiferente


Lo indiferente:

Al inicio es un poco traumático pero poco a poco se va acostumbrando a que el espacio promedio de las habitaciones alcanza para todo. Cuando llegué vivía en un cuarto de 16 metros cuadrados y me sobraba espacio, por eso cuando nos mudamos para la casa donde vivimos el resto del tiempo, nos parecía un palacio en comparación a la de la mayoría de los amigos. Claro, si ya la nuestra nos parecía grande y centro de muchas fiestas debido a eso; la casa de otra pareja de amigos era como un palacio porque rompe totalmente con el estereotipo de casa japonesa, jajaja...

La moda juvenil causa risa durante las primeras impresiones, luego que se comienza a entender un poquito la sociedad, pasa a ser normal, ¿o tal vez el que pasa a ser normal es uno? No lo sé, jajaja...

A mí no me ocurrió mucho que digamos pero recuerdo bien clarito el primer día de Ladys en Japón y su constante desagrado por los olores de las comidas. Nada le gustaba, mucho menos las salsas y los fritos. Desde ese entonces ha llovido mucho y hoy por hoy los adora igual que yo. Exceptuando un par de encuentros con olores chinos y no japoneses, la paladar olfatoria se nos ha enriquecido mucho.

Los aguaceros son detestables porque una vez que comienza a llover no para durante horas y horas y horas, incluso días. No obstante, el tiempo es bueno después de todo porque por primera vez supe lo que era el otoño y la nieve ya que en Japón se disfruta de las cuatro estaciones del año y no solamente del perpetuo verano de Cuba.

Todo, absolutamente todo está esquematizado, planificado, organizado al detalle y si bien por una parte eso es bueno ya que sabes lo que debes hacer y lo que debes esperar; a veces te saca de los cabales cuando no entiendes o consideras que uno de los pasos no es correcto o que no tiene sentido su existencia.

Portar en la billetera tantas tarjetas de puntos es incómodo pero conveniente. Cuando menos te lo esperas te puedes "regalar" algo y confundir de paso a la psiquis.

La tecnología es tanta en cantidad y variedad que un geek como yo si no se desatiende un tín de ella se vuelve loco. Todavía quiero pasarme unos cuantos años más cuerdo así que poco a poco  fui perdiendo el deslumbramiento e incorporándola como una cosa más en mi vida.

Por muy ecologista que me considero, a veces me molesta mucha la hiper-clasificación que hay que hacer por acá para poder botar la basura. Es que la cantidad y la composición de los productos que se desechan es tanta que ponerlos en una categoría es casi una tarea de Hércules, además llevar el calendario porque no todos los días se puede sacar todo tipo de cosas, etc. No obstante creo que mi lado ecologista gana y hace que no me moleste tanto en pos de un bien mayor.

Bueno, hasta aquí esta entrada y este blog. Espero que le haya gustado y que en futuros proyectos al estilo me den un poquito más de apoyo.

Muchas gracias a todos...

lunes, 29 de octubre de 2012

Despedida 2/3: Lo malo


Una vez un amigo me criticó que solo escribía cosas buenas sobre Japón y en su momento escribí algo al respecto porque por supuesto no todo era bueno. Todo país tiene sus cosas buenas y sus otras tanto malas, Japón no es la excepción.

Lo malo:

En mi cabeza siempre había estado el concepto de que las bicicletas se hicieron para ser rodadas por las calles y no por las aceras como es la norma acá. No es que anden a grandes velocidades, pero siempre incomodan al tener que estar esquivándolas al andar.

Por muy ecologista que me considero y por mucho que entienda la importancia de reciclar, no deja de molestarme por otra parte la súper clasificación previa que hay que hacer y guardar durante toda la semana pues al menos en mi municipalidad solo recogen ciertos tipos de basura reciclable una vez por semana. Para no mencionar que hay que pagar por echar los bienes eléctricos y los de gran tamaño.

No es que haya vivido en una mansión y extrañe su gran espacio, pero normalmente las casas en Japón son BIEN pequeñas y solo en contadas ocasiones difieren de la monótona arquitectura. Otra cosa que no va de acuerdo a nuestros cánones estéticos es que se entre por la cocina y no por la sala como es costumbre para nosotros. La disposición de las habitaciones según ellos está pensada para una optimización personal de las funciones pero a mi consideración no toma en cuenta otros requerimientos que tal vez una familia puede necesitar.

Luego de cierto tiempo viviendo en Japón y sobre todo cuando comienzas a viajar por este país, comienzas a notar la monotonía de la arquitectura. En cualquier barrio de cualquier ciudad las casas se parecen mucho, por ende las calles otro tanto, así es bien fácil confundirse y hasta perderse.

Por increíble que parezca, Japón sigue siendo un país muy atrasado en algunos aspectos. Me refiero específicamente al aspecto social, acá la mujer por término general no tiene el acceso a los mismos puestos de trabajo de alto nivel que los hombres. Siguen soñando con casarse como máxima expresión de triunfo en la vida. Por mucho doble juego que me parece que es (porque es un beneficio para ambas partes) no me gusta. No concibo en mi mente que este país siga tan atrasado, supongo que 300 años de apertura al occidente no le es suficiente todavía para interiorizar estas cosas.

Sin duda alguna, en lo que a mí respecta, lo peor de este país es el idioma. A algunos se les da fácil (al menos a la hora de hablarlo porque leer y escribir es otra historia) pero Ladys y yo definitivamente no estamos en ese grupo. Escribir usando 4 alfabetos (kanjis, katakana, hiragana, y latino), en dos direcciones (izquierda-derecha-arriba-abajo y arriba-abajo-derecha-izquierda), y una fonética con muchas pronunciaciones similares, entorpecen sin dudas poder dominarlo como debe ser.

Las direcciones sin ayuda gráfica de un mapa es muy difícil de encontrarlas pues las calles no tiene nombre (a excepción de algunas muy contadas avenidas de mucha importancia) y por tanto mucho menos existen los entre calles. Se dan en base a los barrios y el orden en que han sido creadas las cuadras en ellos así como nombres de los edificios y/o casas. Vaya toda una locura para nuestros antecedentes.

Casi ningún sistema japonés está preparado para lidiar con los nombres extranjeros, sobre todo con los hispanos que tienen por norma general dos nombres y dos apellidos. Perdí la cuenta de la cantidad de nombres diferentes que usé, lo mismo mi primer nombre con mi primer apellido que un corte de cada uno de estos componentes. Solo en el documento de identificación y en las cuentas bancarias usé mi nombre completo y para eso que tuve más de un problema por la condenada costumbre de ellos escribir el apellido primero que el nombre, por lo que varias veces tuve que explicar que Sotolongo no era mi nombre, ni que Ricardo era mi apellido, jajaja... (risa de sátira para no llorar del cabreo).

Sobre todo luego de re-explotar la crisis financiera mundial, los precios en Japón se hicieron aun más caros para los que no reciben su dinero en yenes. No fue nuestro caso pero igual se nota lo caro que suele ser todo. Ahora eso sí, la calidad japonesa está más que certificada y eso cuesta. Japón se asocia con tecnología pero con el cambio actual del yen no da ganancia alguna comprar aquí y sí hacerlo por Internet.

De tantos que se han hecho, se hacen y más tristemente se seguirán haciendo, los suicidios son una de las grandes lacras sociales de este país. De Enero a Marzo es oficialmente la temporada de suicidios (como si de "temporada de caza" se tratase) por lo que es lo más normal de mundo pasarse horas en las estaciones esperando que todo vuelva a funcionar con normalidad porque por más desgracia aun el medio favorito de hacerlo es lanzándose delante de algún tren y eso afecta entonces a todos los que usan ese medio de transportación (casi todo el mundo, jejeje...). No tienen el mismo respeto por la vida como lo tenemos los occidentales, por razones religiosas, históricas o como quieran verlo. Si los africanos o latinos fuésemos a suicidarnos por problemas mucho mayores por los que generalmente se quitan la vida los japoneses, en estos momentos África y Latinoamérica fuesen regiones despobladas.

Los templos, normalmente asociados a lugares de meditación, paz, tranquilidad, son además lugares de comercio por acá y no me gusta que así sea. Souvenirs, amuletos, y servicios a veces en demasía de ofertas, no me gusta.

Es verdad que tiembla casi todos los días y que con el tiempo se hace normal pero cuando sucede un evento de tanta magnitud como el que pasó el año pasado, te hace olvidar toda la costumbre sobre todo cuando sabes que estás en esta zona del planeta donde las probabilidades de que vuelva a pasar son muy altas.

Si bien los primeros años consideré que transportarse en los trenes la mayoría de las veces es una experiencia muy placentera, ahora que me muevo en los horarios picos, lo rebajo a solo medio placentera, jajaja... Siempre mejor que los camellos de La Habana, pero no muy lejos si proporcionamos contextos social-económicos.

Despedida 1/3: Lo bueno


Ante todo Japón es un país magnífico, lleno de curiosidades y por qué no, de aventuras a diario también. Por eso seguro me extiendo más en lo bueno que en las otras partes. En ningún caso las ordeno por preferencias personales.

Lo bueno:

Las facilidades para personas invidentes o minusválidos son incontables, están por doquier. Van desde la ausencia de barreras arquitectónicas incluso en los barrios más residenciales; hasta los semáforos sonoros y rutas a relieve en las aceras y las estaciones de trenes. Para hablar de trenes y transportación me haría falta escribir un libro, pero no quiero dejar pasar un par de elementos relacionados: las tarjetas inteligentes para pagar pasajes y otros productos también; y los trenes balas que en un pis-pas apareces en otra ciudad a varios centenares de kilómetros. Estos últimos no tienen nada que envidiarle a los aviones.

Las facilidades públicas (parques, jardines, escuelas, estadios, etc.) presumen de una limpieza extrema que nada tiene que envidiar a la de las entidades privadas, como las empresas, que normalmente tienen más fama de limpias. Césped cortadito parejo, con todos los implementos pintados y perfectamente usables.

Hasta que no se vea con ojos propios no se puede comprender la mezcla tan perfecta que han logrado entre tradición y tecnología. Restaurantes donde hay que entrar sin zapatos y sentarse en el suelo y a la vez se hacen los pedidos mediante un tablet o la camarera usa una pad para ordenar; son apenas algunos ejemplos de los muchos que a diario se pueden encontrar.

Aunque el inglés no va con su idioma y en sentido general temen interactuar con los extranjeros, los japoneses se esfuerzan por ayudarte cuando se lo pides. Son extremadamente corteses y serviciales, piden disculpas hasta por cosas que no es culpa de ellos, si no tuya. ¿Falsas? Puede ser, pero como dice el refrán: "lo cortés no quita lo valiente".

Los mapas son ubicuos, por muy enredadas que sean las direcciones, en cualquier acera se encuentran mapas e indicaciones que facilitan encontrar lo que se busca; sobre todo en Tokio porque en las zonas rurales ya no es tan así.

En cualquier parte hay también baños públicos que bien podrían ser salones de restaurantes, bueno, no hay que exagerar, pero la norma de limpieza debe estar muy por encima de otra partes del planeta (¿alguien dijo China?, jajaja...).

Las máquinas expendedoras te venden cualquier cosa, desde periódicos, sellos, bananas, juguetes, refrescos, cafés, cervezas, hasta ropa interior usada, jajaja... Son como la vida en el planeta Tierra: las encuentras hasta en lugares remotos como la cima del monte Fuji.

Para aquellos fanáticos como yo al mundo de los videojuegos, este es sin duda un paraíso, con el barrio de electrónica de Akihabara ofreciendo a nivel de acera jugar dede los juegos más antiguos hasta los más modernos. Teniendo como máxima expresión el evento anual del Tokyo Game Show.

Los japoneses y en particular las japonesas aparentan mucho menos edad de la que realmente tienen. Mucho dinero en cremas y maquillaje pero el resultado lo vale. Se ven MUY lindas y muy elegantes.

Tristemente hay personas (la mayoría jóvenes) que viven en cibercafés, triste porque carecen de casa pero no por otras cosas. Yo que he estado en varios de ellos y siempre me he llevado las mejores impresiones. Desde duchas, bebidas gratuitas, libros, revistas, consolas de juego, películas en DVD, cajas fuertes, etc. Parece cualquier otra cosa menos cibercafés ¿verdad?.

Los mundialmente famosos "hoteles del amor", no se han ganado la fama a base de falsa publicidad, si no que realmente son excelentes. Habitaciones con temáticas variadas (S & M, Disney, hospitales, escuelas, etc.) para todo tipo de gustos respetando la privacidad de los clientes (ventanas tintadas para evitar filtraciones de infidelidades, jejeje...).

A pesar de que hay mucha burocracia, es una burocracia que funciona y es eficiente después de todo, creo yo que en cierta medida gracias a la tantísima informatización y penetración de la tecnología en todo. Quisiera que hubiesen más redes de Wi-Fi abiertas gratuitas pero entiendo porqué no las hay, no se necesitan ya que la velocidad de acceso a Internet desde los teléfonos es muy rápida. Desde los antiguos ketais hasta los modernos smartphones todos tienen incontables servicios para entretenerse mientras se viaja en los trenes.

Si hubiese hecho esta lista en orden de preferencias, sin dudas la seguridad ciudadana ocuparía el primer lugar. No se pierde nada, todo lo encuentras, nadie te asalta por oscuro y solitario que esté el lugar. No hay armas de fuego en manos de los ciudadanos, si no solamente en manos de la policía aunque me pregunto muchas veces para qué las necesitan cuando se han convertido prácticamente en mapas humanos respondiendo interrogantes de los caminantes. Los niños incluso pequeños van solos a la escuela, abordan trenes y autobuses.

Las cervezas son ricas, a muchos no les gusta porque no son fuertes, pero a mi me gusta la cerveza clara y este es mi blog, así que... Jajaja...

Como mi talla de ropa y de calzado, es díganos ligeramente más grande que la estándar japonesa, siempre encuentro lo que necesito a buenos precios.

Durante este tiempo he podido comprobar en más de una ocasión lo mucho que se parecen los japoneses a los hombrecitos constructores de la serie Fraggle Rock. No solo porque sean pequeños, si no por lo mucho y rápido que construyen. Yo he visto crecer rascacielos más rápido que árboles. Un día pasas por un bosque y a la semana siguiente el mismo lugar tiene edificios con habitantes y todo. El mismo Tokyo Skytree (el segundo edificio más alto del mundo) no era ni un plan cuando llegué a Japón. Otro ejemplo es la calle principal de mi barrio que noche tras noche fueron levantando y renovando hasta llegar a la estación sin ningún contratiempo pues cada mañana hacían una calle temporal. Otra cosa que me gusta mucho es que no importa el horario que terminen la reparación que estén haciendo, al final nunca dejan ni baches ni suciedad en las aceras, la limpieza está incluida dentro de las tareas a hacer. El tiempo tampoco impide realizarlas porque mi último contrato de Internet vinieron a instalarlo bajo una fuerte nevada.

Muchas de mis a amistades dicen que es debido a que no tienen tiempo de usar / gastar las cosas que compran y por eso cuando las venden en las tiendas de segunda mano se pueden encontrar en excelentes condiciones; pero lo cierto es que el mercado de segunda mano es mejor que el de primera en muchas partes del mundo. Todos nuestros equipos domésticos y varios otros electrónicos fueron comprados de segunda mano y duraron todo el tiempo que los necesitamos.

Si bien no soy fanático a las festividades tradicionales (ni a las cubanas ¿OK?), no dejo de reconocer lo bonitos que son los 'hanamis', 'hanabis', y 'matsuris' (carnavales) en sentido general. Mucho color, comida y bebidas en esos días por doquier.

El espectro de dispositivos electrónicos al alcance es grandísimo y yo me declaro un geek a ellos, jajaja...

La mejor palabra (y tal vez la más difícil de explicar también) que existe en cualquier idioma, creo que es 'mottainai'. Para entenderla los remito a la Wikipedia, concluyo diciéndoles que me fascina esta palabra.

No los he utilizado mucho que digamos pero las veces que lo he hecho, la experiencia ha sido muy satisfactoria; me refiero a los taxis. Modernos, cómodos, con facilidades de muchos tipos en cuanto al pago e incluso algunos con Wi-Fi gratuitas.

Despedida 0/3: Introducción


Amigos,

Como mismo comienzan las cosas cuando se tiene un propósito, la voluntad, los deseos, el tiempo, etc. de hacerlas; desgraciadamente también llega el momento de darles punto final y decirle adiós. En este caso me estoy refiriendo a este blog que de tanta ayuda me ha sido para sacarme de dentro las experiencias que viví en Japón durante estos últimos cinco años. Esta despedida no me sabe bien pues, aunque remotamente guardé esperanzas de que amistades comentaran más, preguntaran más, esparcieran más; la realidad, no fue así.

Fueron 298 entradas con un total de 8800 visitas, casi siempre desde Google (2900) y desde EUA (2200), supongo que los indexadores de los buscadores. Lo más anímico fue los 27 susbscriptores y comentarios con apenas 155 en 99 entradas. Gracias a Google FeedBurner y Analytics por estas estadísticas.

Esta entrada tal vez sea un poco larga porque quiero despedirme al más puro estilo western con aquello de "El bueno, el malo, y el feo", pero en este caso mi parodia será: "Lo bueno, lo malo y lo indiferente" de mi estancia en Japón. Si leen entre líneas se habrán dado cuenta de que cierro este blog porque abandono Japón. ¿Para dónde nos iremos? No se desesperen que al final se los contaré, pero antes...

No, no, mejor le hago caso a un amigo y divido esta entrada en varias partes, así que...