lunes, 29 de octubre de 2012

Despedida 1/3: Lo bueno


Ante todo Japón es un país magnífico, lleno de curiosidades y por qué no, de aventuras a diario también. Por eso seguro me extiendo más en lo bueno que en las otras partes. En ningún caso las ordeno por preferencias personales.

Lo bueno:

Las facilidades para personas invidentes o minusválidos son incontables, están por doquier. Van desde la ausencia de barreras arquitectónicas incluso en los barrios más residenciales; hasta los semáforos sonoros y rutas a relieve en las aceras y las estaciones de trenes. Para hablar de trenes y transportación me haría falta escribir un libro, pero no quiero dejar pasar un par de elementos relacionados: las tarjetas inteligentes para pagar pasajes y otros productos también; y los trenes balas que en un pis-pas apareces en otra ciudad a varios centenares de kilómetros. Estos últimos no tienen nada que envidiarle a los aviones.

Las facilidades públicas (parques, jardines, escuelas, estadios, etc.) presumen de una limpieza extrema que nada tiene que envidiar a la de las entidades privadas, como las empresas, que normalmente tienen más fama de limpias. Césped cortadito parejo, con todos los implementos pintados y perfectamente usables.

Hasta que no se vea con ojos propios no se puede comprender la mezcla tan perfecta que han logrado entre tradición y tecnología. Restaurantes donde hay que entrar sin zapatos y sentarse en el suelo y a la vez se hacen los pedidos mediante un tablet o la camarera usa una pad para ordenar; son apenas algunos ejemplos de los muchos que a diario se pueden encontrar.

Aunque el inglés no va con su idioma y en sentido general temen interactuar con los extranjeros, los japoneses se esfuerzan por ayudarte cuando se lo pides. Son extremadamente corteses y serviciales, piden disculpas hasta por cosas que no es culpa de ellos, si no tuya. ¿Falsas? Puede ser, pero como dice el refrán: "lo cortés no quita lo valiente".

Los mapas son ubicuos, por muy enredadas que sean las direcciones, en cualquier acera se encuentran mapas e indicaciones que facilitan encontrar lo que se busca; sobre todo en Tokio porque en las zonas rurales ya no es tan así.

En cualquier parte hay también baños públicos que bien podrían ser salones de restaurantes, bueno, no hay que exagerar, pero la norma de limpieza debe estar muy por encima de otra partes del planeta (¿alguien dijo China?, jajaja...).

Las máquinas expendedoras te venden cualquier cosa, desde periódicos, sellos, bananas, juguetes, refrescos, cafés, cervezas, hasta ropa interior usada, jajaja... Son como la vida en el planeta Tierra: las encuentras hasta en lugares remotos como la cima del monte Fuji.

Para aquellos fanáticos como yo al mundo de los videojuegos, este es sin duda un paraíso, con el barrio de electrónica de Akihabara ofreciendo a nivel de acera jugar dede los juegos más antiguos hasta los más modernos. Teniendo como máxima expresión el evento anual del Tokyo Game Show.

Los japoneses y en particular las japonesas aparentan mucho menos edad de la que realmente tienen. Mucho dinero en cremas y maquillaje pero el resultado lo vale. Se ven MUY lindas y muy elegantes.

Tristemente hay personas (la mayoría jóvenes) que viven en cibercafés, triste porque carecen de casa pero no por otras cosas. Yo que he estado en varios de ellos y siempre me he llevado las mejores impresiones. Desde duchas, bebidas gratuitas, libros, revistas, consolas de juego, películas en DVD, cajas fuertes, etc. Parece cualquier otra cosa menos cibercafés ¿verdad?.

Los mundialmente famosos "hoteles del amor", no se han ganado la fama a base de falsa publicidad, si no que realmente son excelentes. Habitaciones con temáticas variadas (S & M, Disney, hospitales, escuelas, etc.) para todo tipo de gustos respetando la privacidad de los clientes (ventanas tintadas para evitar filtraciones de infidelidades, jejeje...).

A pesar de que hay mucha burocracia, es una burocracia que funciona y es eficiente después de todo, creo yo que en cierta medida gracias a la tantísima informatización y penetración de la tecnología en todo. Quisiera que hubiesen más redes de Wi-Fi abiertas gratuitas pero entiendo porqué no las hay, no se necesitan ya que la velocidad de acceso a Internet desde los teléfonos es muy rápida. Desde los antiguos ketais hasta los modernos smartphones todos tienen incontables servicios para entretenerse mientras se viaja en los trenes.

Si hubiese hecho esta lista en orden de preferencias, sin dudas la seguridad ciudadana ocuparía el primer lugar. No se pierde nada, todo lo encuentras, nadie te asalta por oscuro y solitario que esté el lugar. No hay armas de fuego en manos de los ciudadanos, si no solamente en manos de la policía aunque me pregunto muchas veces para qué las necesitan cuando se han convertido prácticamente en mapas humanos respondiendo interrogantes de los caminantes. Los niños incluso pequeños van solos a la escuela, abordan trenes y autobuses.

Las cervezas son ricas, a muchos no les gusta porque no son fuertes, pero a mi me gusta la cerveza clara y este es mi blog, así que... Jajaja...

Como mi talla de ropa y de calzado, es díganos ligeramente más grande que la estándar japonesa, siempre encuentro lo que necesito a buenos precios.

Durante este tiempo he podido comprobar en más de una ocasión lo mucho que se parecen los japoneses a los hombrecitos constructores de la serie Fraggle Rock. No solo porque sean pequeños, si no por lo mucho y rápido que construyen. Yo he visto crecer rascacielos más rápido que árboles. Un día pasas por un bosque y a la semana siguiente el mismo lugar tiene edificios con habitantes y todo. El mismo Tokyo Skytree (el segundo edificio más alto del mundo) no era ni un plan cuando llegué a Japón. Otro ejemplo es la calle principal de mi barrio que noche tras noche fueron levantando y renovando hasta llegar a la estación sin ningún contratiempo pues cada mañana hacían una calle temporal. Otra cosa que me gusta mucho es que no importa el horario que terminen la reparación que estén haciendo, al final nunca dejan ni baches ni suciedad en las aceras, la limpieza está incluida dentro de las tareas a hacer. El tiempo tampoco impide realizarlas porque mi último contrato de Internet vinieron a instalarlo bajo una fuerte nevada.

Muchas de mis a amistades dicen que es debido a que no tienen tiempo de usar / gastar las cosas que compran y por eso cuando las venden en las tiendas de segunda mano se pueden encontrar en excelentes condiciones; pero lo cierto es que el mercado de segunda mano es mejor que el de primera en muchas partes del mundo. Todos nuestros equipos domésticos y varios otros electrónicos fueron comprados de segunda mano y duraron todo el tiempo que los necesitamos.

Si bien no soy fanático a las festividades tradicionales (ni a las cubanas ¿OK?), no dejo de reconocer lo bonitos que son los 'hanamis', 'hanabis', y 'matsuris' (carnavales) en sentido general. Mucho color, comida y bebidas en esos días por doquier.

El espectro de dispositivos electrónicos al alcance es grandísimo y yo me declaro un geek a ellos, jajaja...

La mejor palabra (y tal vez la más difícil de explicar también) que existe en cualquier idioma, creo que es 'mottainai'. Para entenderla los remito a la Wikipedia, concluyo diciéndoles que me fascina esta palabra.

No los he utilizado mucho que digamos pero las veces que lo he hecho, la experiencia ha sido muy satisfactoria; me refiero a los taxis. Modernos, cómodos, con facilidades de muchos tipos en cuanto al pago e incluso algunos con Wi-Fi gratuitas.