lunes, 9 de febrero de 2009

Snowboarding

Snowboarding

Un amigo japonés me invitó hace unos días a que lo acompañara a hacer "snowboarding" (no sé cómo traducirlo de forma exacta) y no lo pensé mucho para aceptar. El año pasado realmente no tuve la oportunidad de ir a esquiar o hacer "snowboarding". Para hacerlo debería haberme ido fuera de Tokio pues a pesar de las cuatro nevadas del año pasado no se puede hacer, jajaja...

Nos reunimos en la estación de Yokohama (横浜 ó よこはま) a las 8:20 PM para de ahí ir hasta la estación de Shinjuku en ómnibus. Shinjuku fue el punto real de partida hacia el lugar de la excursión: Adatara Resort en la perfectura de Fukushima (福島 ó ふくしま) al norte de Japón (aquí el mapa). El ómnibus salió a las 11:20 PM y viajó casi toda la noche. Paramos un par de veces en el camino (yo no pude dejar de pensar en los "Conejitos" de la autopista nacional de Cuba). Ya en el camino notamos la cantidad de nieve que iba cayendo a nuestro alrededor, muy fina, como polvo que según mi amigo es muy buena para los propósitos que llevábamos.

Llegamos a las 4:00 AM al hotel del complejo pero a esa hora todavía era de noche (a pesar de que Japón es la tierra del sol naciente). Casi todo lo demás abría a las 8:30 AM por lo que tuvimos algunas horas para descansar del "agotador" viaje y para aunar fuerzas para el día que nos esperaba. Fuimos hacia el cuarto de descanso del hotel del complejo (Fujikyu) habilitado al efecto. Medía 35 tatamis y solo tenía eso: tatamis, jajaja... Todos nos acomodamos como pudimos a dormir un poco. Había a nuestra disposición una sala de juego y un onsen (baño tradicional japonés) que sin duda alguna fue lo mejor.

Como a las 8:00 AM tomamos un baño y nos fuimos a desayunar. Luego fuimos a sacar los implementos necesarios: tabla, zapatos, pantalón, abrigo, gorro, guantes y gafas. No sin antes pasar un poco de trabajo en ponerme adecuadamente todo aquello bajo las indicacines de mi amigo japonés, hice el ligero calentamiento y ahí comenzó todo.

La pista está dividida en tres niveles de dificultad: experto, intermedio y principiante, donde evidentemente comencé. Antes de todo aclararé que el snowboarding es mucho más difícil que esquiar; no lo digo yo, sino los que hacen ambas cosas. Yo hubiese querido haber empezado por los esquíes pero mi amigo había sacado la oferta de la tabla, así que tuve que "joderme" desde el inicio.

Una vez en la cima del nivel para principiantes me enseñó cómo ponerme correctamente la tabla y cómo comportarme. Esas fueron las primeras lecciones y las demás fueron hechas a medida que me iba cayendo. Al inicio no podía ni ponerme en pie, me caía y me caía, jajaja... Luego cuando comencé a poner en pie pues me caía igual pero esta vez dolían más y eso sin haber avanzado ni un solo metro en pie. Así fue "avanzando" hasta llegar a donde mismo partimos para volver a subir en las sillitas. La segunda vuelta fue mejor, la hice cayéndome y de nalgas, jajaja... Cuando terminó mi amigo se fue hacia niveles superiores mientras que yo me dispuse a seguir por mi mismo.

Vueltas y vueltas, caídas y caídas, así fue pasando el tiempo y de verdad poco a poco fui aprendiendo, claro, a base de golpes. ¡Y después dicen que los golpes no enseñan!. En una de esas llegadas al final luego de N caídas mi amigo me convidó a ir con él a la cima del nivel intermedio porque desde ahí se veía mejor el paisaje y no estaba difícil. Iluso de mi que le creí, me fui con él y luego no sabía como llegar al nivel para principiantes pues estaba muy empinada la cuesta. Al final lo hice sin apenas conocer y al menos hasta la mitad lo dominé solamente con las nalgas y el resto lo llevé bastante bien, ya justo terminando fue que me llevé la peor caída de todas cuando me fui hacia adelante con tremendo "tortazo" en la cara y todo. Cuando por fin terminé esa ronda, no lo intenté más, jajaja...

La hora de almorzar la vi como el paraíso, me dolía hasta el alma, jajaja... Nos fuimos hasta casi la cima del monte Adatara a una restaurante chulo, chulo, allá arriba donde almorzamos. Mi amigo insistía en que bajara mediante la tabla pero ni jugando le hice caso pues aquello estaba fuerte, fuerte para mí poco conocimiento en la materia. Mi amigo sí se fue desde ese lugar hasta abajo completamente en su tabla. Fue allá arriba (1350 metros sobre el nivel del mar) que se veía la ciudad de Fukushima y mi amigo me explicó que esa perfectura no tenía nada de importancia económicamente, solo montañas (díagase nieve) y se conocía en la historia de Japón porque fue en un pequeño pueblo de esta perfectura donde se suicidaron los últimos samurais de Japón.

Realmente no sabía como recomenzar la tanda de rondas vespertinas, pero al final lo hice. Poco a poco fui cayéndome menos y eso fue directamente proporcional a la voluntad de seguir retándome yo mismo a caerme menos como efectivamente iba sucediendo. Mi amigo me incitaba a que lograra bajar la pendiente completa sin caerme ni una sola vez. Al inicio lo veía como algo lejano pero poco a poco fui ganando esperanzas y experiencia a medida que me iba cayendo menos, jajaja... ¡Al final lo logré! aunque solo una vez, jajaja... en las última dos rondas me caí 2 y 1 vez respectivamente.

Paramos como a las 4:15 PM porque realmente estábamos agotados. Devolvimos todo el equipamiento y merendamos algo. No nos dio tiempo a tomar otro onsen en el hotel antes de salir de regreso. Otro "agotador" viaje en ómnibus hasta la estación de Shinjuku y de ahí otra hora y media hasta mi casa entre trenes y caminar.

¡Fue una experiencia inolvidable!. Terminé empapado, con dolor en todo el cuerpo que se sientió aun más con el paso de los días (sobre todo en el brazo derecho que me servía para aguantar las caídas), muerto de frío, y hasta medio quemado por el resplandor. Nada de eso melló sin deseos de aprender a dominar la tabla ni impidió que me divirtiera muchísimo. De verdad que la pasé super genial.

Hubiese necesitado más tiempo para mejorar las habilidades, sé que no lo hice del todo bien, por más que mi amigo me insistía de que debía poner el pie izquierdo delante, no podía, me iba hacia la izquierda; sin embargo cuando ponía el derecho pues lo hacía mucho mejor, hasta los cortes de dirección me salían bien. Solo en la última vuelta pude llevar el pie izquierdo delante durante buena parte del trayecto pero ya era demasiado tarde. Prefiero pensar que hice bastante para ser la primera vez y apenas unas horas, pero sería conformismo de mi parte, jajaja...

¡Veremos cuándo tengo otra experiencia así! Los dejo con un video de una de mis "espectaculares caídas". Jajaja...


Nota: En el álbum del inicio puede ver las fotos, noten que había una familia donde el padre llevaba a su niño más pequeño en su espalda mientras esquiaba, joder, me impresionó muchisimo eso.