jueves, 21 de febrero de 2008

Dos del tren

Al mediodía cuando salí de mi cuarto y abordé el tren con destino a Shibuya apenas me senté oí un ruido extraño. Era fuerte, ensordecedor, evidentemente me puse a buscar su origen de inmediato y resultó ser un señor roncando a cinco metros de mí.

"¡Fantástico!, de seguro ahorita alguien le llama la atención" fue lo primero que pensé pero me equivoqué a todo el mundo le molesta aquellos ronquidos, pero nadie se atrevió. Había un silencio abismal en todo el coche, solo entorpecido por aquellos rugidos.

Cuando llegamos a Shibuya (última parada del tren) una anciana lo despertó y el hombre se incorporó de un salto y asustado. Yo que me había quedado un poco rezagado a ver qué hacía pude oir como dijo ¨¿Shibuya?¨ y con la misma se volvió a sentar en el mismo sitio, cerró los ojos y se acomodó para seguir durmiendo. Eso me hizo entender que se le había pasado su parada hacía ya un buen tiempo. ¿Quién sabe hasta cuándo habrá estado en el tren?

La otra que quiero contarles es que en los monitores del tren además de pasar muchos comerciales ponen materiales para memorizar palabras y frases en inglés, estado del tiempo y del tráfico, así como noticias. El mensaje de Fidel estaba dentro de las noticias, no es que a Japón le interese mucho el tema ni le haya dado una sobredimensión al hecho pero estubo en primera plana en el "Japan Times", en las noticias de todos los canales de televisión y hasta en las noticias del tren.

No escucho radio pero de seguro dieron algo también. Me llamó mucho la atención pues ya hacía muchas horas del caso (sobre todo con la diferencia de horarios) y por otra parte las noticias del tren pocas veces son de índole política internacional, casi siempre es de deportes o de política nacional.

Nada más, solamente dos cosas que me sucedieron hoy mientras viajaba en el tren, después de todo no fue un viaje aburrido como casi siempre.